8 de agosto, 2018
Tras girar una ancha y suave térmica que nos ha dado altura para sobrevolar tranquilamente la gran extensión de la "Venta de la Rubia" estamos llegando ya a su extremo Oeste delimitado por la autovía de circunvalación M-50. Desde que empezamos el vuelo hemos pasado ya por tres grandes autovías de circunvalación: M-30 (que no vimos porque en el tramo por donde volamos transcurre por el subsuelo), M-40 y M-50. Entre M-40 y M-50 hay otra más, la M-45, que no llega a cerrar el círculo completo y afortunadmente no pasa por esta zona. Cuatro grandes carreteras de circunvalación en poco más de 15 Km. desde el centro de la ciudad. Cómo les gusta asfaltar!
Cuando volamos en las cercanías de una ciudad siempre se escucha de fondo un ruido blanco como el sonido de un arroyo que no cesa. Desde aquí arriba, además de las vistas, también percibimos nitidamente los sonidos del suelo pues al subir en dirección vertical no encuentran obstáculos que los atenúen. Ese siseo de fondo va aumentando cuando nos acercamos a una carretera y se oye bien alto cuando pasamos por encima. Es el resultado del rozamiento del asfalto de la carretera con los neumáticos de miles de coches corriendo a más de 100 Km/h. Un ruido constante que no sólo afecta aqui en las carreteras de la periferia, sino en todos los sitios con tráfico de vehículos, es decir en casi toda la ciudad.
Al ruido ambiental lo llaman contaminación acústica y también lo han estudiado, según la Organización Mundial de la Salud se considera el segundo mayor problema medioambiental en Europa, después de la contaminación del aire, y su impacto en la salud está científicamente demostrado. El 80% del ruido en las ciudades viene del tráfico, que afecta a 100 millones de personas en Europa, muy por encima del resto de fuentes. En el Estado español se calculan 4.000 ingresos hospitalarios al año y 1.000 muertes prematuras por esta causa. [1]. Los humanos son conscientes del problema y han desarrollado normas que establecen límites que no se deberían sobrepasar. Pero, al igual que pasa con la contaminación del aire, creemos que no son capaces de cumplirlas por la dependencia que tienen de los aparatos de 4 ruedas y miles de kilos de peso.
El paisaje aéreo de la Venta de la Rubia es muy característico por las extensiones de cultivos de cereales, muy verdes en primavera y amarillos y marrones el resto del año. Los humanos comenzaron a domesticar las plantas hace unos 10.000 años. Antes eran cazadores y recolectores nómadas, el cultivo de plantas llevó a una mayor producción de alimentos que ocasionó enormes cambios como la aparición de asentamientos permanentes, desarrollo de sociedades con jerarquías, especialización del trabajo, desarrollo de la escritura, etc. La agricultura supuso un gran cambio en una parte importante de los ecosistemas de la tierra, reduciendo el espacio vital de las especies silvestres pero sin llegar a destruirlas por completo.
Hasta hace poco más de 50 años esto más o menos se mantenía así, los humanos aprovechaban la energía del sol a través de los cultivos, pero todo empezó a cambiar tras el desarrollo del uso masivo de combustibles fósiles que también se aplicaron a la producción agrícola. Lo han llamado "Revolución Verde" cuando en realidad deberían llamarlo "Revolución Negra". Sustituyeron la fuerza de animales domésticos por maquinaria pesada alimentada con petróleo, los abonos orgánicos por fertilizantes químicos derivados del petróleo y los pequeños cultivos variados y rotativos por grandes monocultivos dependientes de pesticidas derivados del petróleo para combatir las plagas. El resultado ha sido un gran incremento de la productividad por superficie y con menos trabajo humano pero a costa de arriesgar la sostenibilidad del sistema, se estima que de cada 10 calorías producidas por la agricultura, 9 vienen del uso del petróleo!, que es un recurso no renovable en vías de agotamiento.. Además, los grandes cultivos fomentan la desaparición de bosques contribuyendo al cambio climático, el uso masivo de fertilizantes provoca graves problemas de contaminación del agua y empobrecen los suelos y los pesticidas interfieren en los sistemas vitales de las especies contribuyendo al declive de insectos polinizadores como las abejas o al aumento de enfermedades como el cáncer entre los propios humanos. [2] [3]
Todo esto se ve agravado por el hecho de que buena parte de la producción agrícola la utilizan para alimentar al ganado en la ganedería intensiva para producir carne lo que es muy ineficiente pues para producir un kilo de carne son necesarios unos 10 kilos de cereal. Y es que los humanos actualmente comen muchisima carne..[4][5] Y ya para rizar el rizo, cuando creíamos que ya no nos podían sorprender los humanos dan otra vuelta de tuerca. Desde hace unos años, acompañando al declive en la producción de petróleo convencional, han empezado ha producir combustibles para vehículos a partir de diferentes tipos de cultivos. Así cerramos el círculo y llegamos otra vez a la fascinación y dependencia que tienen con los automóviles. [6] [7]
Como siempre, algunos humanos que son conscientes de estos problemas y trabajan para difundir y defender un modelo de agricultura sostenible y compatible con la tierra y sus ciclos naturales. [8] [9]
Cogemos un poco de altura para pasar la M-50 sin que nos lleguen mucho sus humos y nos dirigimos hacia los campos de Villaviciosa de Odón en la recta final del recorrido por el Corredor Ecológico del Suroeste. Hasta la próxima!
[1] Ecologistas en Acción. "Ruido: apenas se actúa frente a este grave problema de salud pública"
[3] Ecologistas en Acción. "Aumenta el número de pesticidas disruptores endocrinos en los alimentos"
[4] El País. "¿Y si dejáramos de comer carne?"
[5] Equo. "Comer bien para vivir mejor" PDF
[7] Wikipedia. "Crisis alimentaria mundial (2007-2008)"