La fotografía aérea oblicua ofrece una imagen del terreno con una perspectiva
que permite apreciar intuitivamente las formas, extensiones, relieves y elementos del terreno.
Por este motivo es una potente herramienta de visualización en diversos campos como arqueología,
construcción, infraestructuras, arquitectura, paisajismo, geología, urbanismo, etc.
Desde el surgimiento de la fotografía el ser humano ha plasmado el mundo desde lo alto.
Primero subiendo a montañas, luego mediante globos y cometas y finalmente utilizando aviones.
Con el desarrollo de la aviación ligera y deportiva han surgido ortas muchas formas de volar y de retratar
la tierra desde el aire. El vuelo a distancia radiocontrolado es una forma muy especial de hacerlo, que unido
al desarrollo de la fotografía digital y a la progresiva disminución del tamaño y peso de las cámaras compactas,
ha abierto un nuevo mundo mundo de posibilidades en lo que a formas de hacer fotografía aérea se refiere.
Una de las principales características del vuelo radiocontrolado es que el piloto no va a bordo del avión.
Esto, aunque implica muchas limitaciones que impiden ciertas aplicaciones, también puede ofrecer un gran número de ventajas,
como por ejemplo el bajo coste, la versatilidad y la seguridad, gracias a que el peso total de las plataformas aéreas
es bastante inferior a los vehículos aéreos tripulados.
Resumiendo, una forma sencilla y barata de acceder a las privilegiadas vistas aéreas de las aves.
Una tarde de primavera, pedaleando por el campo en los alrededores de la ciudad me adelanta una cigüeña
volando a una decena de metros de altura. Me detengo a observarla. Comienza a girar ascendiendo en círculos
apoyada en una invisible corriente ascendente de aire caliente. En cinco minutos, sin batir las alas una sola vez,
es un puntito perfilado bajo el blanco brillante de uno de los cúmulos que salpican el cielo. ¿Que vistas tendrá desde allí arriba?...
APLICACIONES
La perspectiva única que ofrece la fotografía aérea oblícua es de gran utilidad en diversas aplicaciones.
Desde aplicaciones técnicas y comerciales:
- Seguimiento del desarrollo de obra civil.
- Presentación y documentación de obras de
infraestructuras y arquitectura.
pasando por aplicaciones técnicas y científicas:
- Análisis e interpretación de paisajes.
- Análisis y estudio de estructuras geológicas.
- Difusión y documentación de apoyo de yacimientos arqueológicos.
- Planeamiento urbanístico.
hasta aplicaciones expresivas y artísticas:
- Fotografía aérea como especialidad de la fotografía artística
(ver ejemplo en el trabajo del fotógrafo Yann Arthus-Bertrand).
- Documentación y denuncia de agresiones medioambientales.
TÉCNICA
Un aeromodelo para realizar fotografía aérea de forma práctica debe cumplir las siguientes características: ligero y fácil de transportar, con capacidad para transportar una carga de entre 300 y 400 gramos según el equipo fotográfico que se esté utilizando, rápido de preparar para el vuelo y posterior recogida y robusto para soportar aterrizajes en condiciones y terrenos difíciles.
En cuanto a características de vuelo debe tener una velocidad de vuelo no muy elevada para poder operar en espacios con obstáculos, pero tampoco muy reducida para poder afrontar condiciones meteorológicas difíciles. Además debe ser un avión estable para disminuir en lo posible los movimientos y vibraciones y fácil de pilotar para facilitar la toma de fotografías.
El modelo que utilizo actualmente cumple bastante bien estas características. Es el modelo "Ranger" de la casa Robbe.
Es un motovelero eléctrico de 2 metros de envergadura, 115 centimetros de longitud y 1700 gramos de peso incluyendo la cámara. Con una superficie alar de 40 decímetros cuadrados la carga alar es de 42,5 gramos por decímetro cuadrado y permite un rango de velocidades bastante amplio. El perfil alar está específicamente diseñado para conseguir un vuelo estable, de buen comportamiento a bajas velocidades y con buena capacidad para afrontar el viento. Aprovecha bien las ascendencias térmicas y también es posible volar en ascendencias dinámicas de ladera. Con este modelo se puede volar con una velocidad de viento de hasta 30 km/h aunque a partir de 20 Km/h es más difícil hacer fotos. El espacio sin obstáculos necesario para despegar y aterrizar es aproximadamente del tamaño de medio campo de fútbol y al prescindir de tren de aterrizaje (se lanza con la mano y aterriza sobre el inferior del fuselaje) no necesita de una superficie regular para despegar y aterrizar. El motor y la hélice están situados en posición propulsora, tras las alas y sobre el fuselaje lo que los protege de malos aterrizajes o choques. Además el material con el que está construido se caracteriza por su flexibilidad y resistencia y es capaz de soportar golpes relativamente fuertes. En caso de rotura la reparación es muy sencilla utilizando pegamento de cianoacrilato.
El ala es desmontable en dos partes lo que facilita su transporte.
Las baterías que alimentan el motor eléctrico y el sistema de radio son de polímeros de litio. Esta tecnología es la más reciente en el campo de los acumuladores eléctricos y con el mismo peso ofrece aproximadamente el triple de capacidad que las baterías de Niquel-MetalHidruro. En concreto se utiliza un paquete de tres elementos en serie con una capacidad de 1500 mah y un voltaje total de 11.1 voltios. Con esta capacidad se consiguen tiempos de casi 10 minutos a potencia máxima y vuelos de 25 minutos de duración total (en ausencia de ascendencias).
El modelo lleva instalado un estabilizador automático de vuelo que en ausencia de un mando externo tiende a mantener al avión en vuelo recto y nivelado. Para ello utiliza varios sensores de radiación infrarroja que evalúan la diferencia natural de emisión de infrarrojos entre la tierra y el suelo para detectar asi el horizonte y comandar el modelo para que se mantenga nivelado con el horizonte. El estabilizador facilita la realización de fotos al nivelar automáticamente el avión y disminuir los movimientos.
La cámara utilizada es una cámara compacta digital de la marca Canon (Canon Ixus I5), con aproximadamente 5 millones de píxeles de resolución y 140 gramos de peso. Está montada en un soporte con un servo, controlado por el sistema de radio control, que al girar acciona el botón de disparo. El soporte va instalado en la parte anterior del fuselaje al que se le ha realizado una abertura para asomar al exterior el objetivo de la cámara.
La cámara se puede colocar apuntando hacia el lado derecho o izquierdo del avion según el lugar a fotografiar y las condiciones de viento existente.
Como no se puede visualizar la imagen que se muestra ante la cámara el encuadre se puede realizar sólo de forma muy aproximada teniendo en cuenta la dirección en la que apunta la semiala hacia la que está orientada la cámara y el ángulo de inclinación vertical controlado mediante la inclinación que realiza el avión al girar.
Con algo de práctica y estudiando bien el terreno utilizando mapas topográficos, y ortofotos o fotos de satélite si están disponibles, se puede preveer un poco en que posición situar el avión y cómo orientarlo para obtener la vista deseada.
Además la cámara digital permite realizar numerosas fotos con lo que se aumentan las posibilidades de conseguir buenas tomas.
Si es necesario, posteriorrmente se puede utilizar software de edición fotográfica para reencuadrar, reorientar y ajustar la luminosidad y los colores de las fotos.
FILOSOFÍA
Desde pequeño me ha fascinado la idea de observar el mundo desde el cielo. Contemplar de un vistazo grandes extensiones con todo empequeñecido como si de una maqueta se tratase. También me llama la atención la idea de volar como los pájaros, deslizándose en silencio por el aire aprovechando las corrientes ascendentes para ganar altura. La fotografía aérea radiocontrolada permite combinar el la fotografía con estas y otras actividades.
AEROMODELISMO
El aeromodelismo es una afición que consiste en diseñar, construir y pilotar vehículos aéreos no tripulados. Es una actividad que desarrolla diferentes habilidades y conocimientos cientificos (aerodinamica, meteorología) y técnicos (construcción, electrónica). Aunque requiere de paciencia y esfuerzo, también proporciona satisfacciones como cuando se consigue que un modelo diseñado y construido desde cero evolucione por el aire de forma controlada.
VUELO DE PLANEO CON MOTOR ELÉCTRICO.
El vuelo sin motor es el que más se relaciona con la naturaleza pues, tal y como hacen muchas aves, el velero o planeador depende de las corrientes naturales de aire ascendente para conseguir altura.
Con la ayuda de un pequeño motor, aunque se aumenta un poco el coste y la complejidad, se consigue más flexibilidad y versatilididad pues el motovelero puede ascender de forma autónoma hasta una cierta altura a la que se apaga el motor y se realiza, tranquilamente y sin ruidos, un vuelo de planeo en busca de ascendencias, o descendiendo lentamente hasta el aterrizaje en caso de no encontrarlas. Además, se amplia el margen de condiciones metereológicas en las que se puede volar.
Las motorizaciones eléctricas han permitido desarrollar modelos ligeros que no necesitan de otras herramientas para ponerlos a punto para volar, facilitando mucho el transporte. Además los planeadores no muy grandes (hasta 2 o 2,5 metros de envergadura) se pueden lanzar fácilmente con la mano y no necesitan terrenos muy preparados para despegar y aterrizar. Estas características abren nuevas posibilidades en la práctica del aeromodelismo como se explica a continuación.
TRANSPORTE
La ligereza del equipo necesario para volar de esta forma ofrece mucha libertad. Además de en coche, se puede llevar a pie, en transporte público o bicicleta. Con un equipo de entre 3 y 5 kg de peso, que se puede llevar fácilmente a la espalda, se puede prescindir del coche (¿por qué movilizar una masa de una tonelada para transportar unos cuantos kilos?) y posibilita otras formas de transporte que a su vez son actividades lúdicas y deportivas que permiten disfrutar de la naturaleza respetándola. En este sentido la bicicleta se complementa perfectamente con esta forma de volar y, además de ser un medio de transporte que permite recorrer distancias a escala local relativamente grandes, es una actividad deportiva que unida a la fotografía aérea radiocontrolada constituye una actividad muy completa. Aunque moverse en bici o a pie restringe el alcance al ámbito local, también permite acceder a sitios y rincones a los que es muy difícil acceder de otra forma. Además a la hora de acceder a otras zonas siempre se pueden combinar con el transporte publico o privado.
La idea de intentar reducir el uso del vehículo privado tanto como sea posible le da un valor añadido a la actividad, pues la generalización del transporte privado motorizado, además de ser la forma de moverse menos eficiente, es la más derrochadora de energía y recursos naturales y contribuye de manera muy importante al cambio climático, al deterioro ambiental, al agotamiento de los recursos energéticos y naturales y al deterioro social y de la calidad de vida en las ciudades.
NATURALEZA
Tradicionalmente los clubs de aeromodelismo realizan sus actividades de vuelo en un campo con una pista acondicionada para el despegue y aterrizaje de los modelos. Gracias a las características de la forma de vuelo explicadas en el párrafo anterior se puede volar en cualquier lugar con unas condiciones mínimas ofreciendo una nueva actividad en la naturaleza que, teniendo en cuenta las normas básicas de respeto al entorno, no tiene prácticamente impacto ambiental.
En resumen, la fotografía aérea radiocontrolada unida al vuelo sin motor radiocontrolado y a los pies o bicicleta para moverse, ofrece una actividad multidisciplinar muy completa. Recorrer la naturaleza en bici o a pie y fotografiarla desde el cielo volando como las aves.
DETALLES
En la fotografía aérea oblicua el eje óptico de la cámara no es vertical sino que forma un ángulo no perpendicular con el terreno a fotografiar. Según el ángulo de inclinación de la cámara podemos obtener fotografías picadas (con el ángulo cercano a la vertical) en las que se retrata con detalle un aérea muy delimitada situada casi directamente bajo la cámara, o fotografías más generales (con la cámara apuntando hacia el horizonte) en las que se puede observar una mayor cantidad de terreno.
Según la altitud a la que se tome la fotografía podemos distinguir varias clases de fotos.
Fotografías de baja altitud: tomadas entre algunos metros y unos 150 o 200 metros de altura permiten fotografiar con detalle motivos concretos como monumentos, edificios o elementos singulares del terreno.
Fotografía de media altitud: entre 200 y 600 metros de altitud, ofrece una vista aérea que abarca una gran extensión de terreno dando la posibilidad de observar de un vistazo amplios espacios como pueblos, barrios, grandes infraestructuras, paisajes, conservando el detalle suficiente para apreciar elementos cercanos al suelo como árboles, casas, edificios, puentes, etc.
Fotografía de gran altitud: a partir de 600 metros, cubre una gran cantidad de espacio y son adecuadas para visualizar grandes formaciones como cadenas montañosas, grandes ciudades, lagos. A partir de aproximadamente 1000 metros de altitud se pierde un poco el detalle y perspectiva de los elementos más cercanos al suelo.
El medio más utilizado en la fotografía aérea oblicua es la aviación ligera. Avionetas y helicópteros permiten al fotógrafo visualizar la escena a fotografiar y situarse en el punto del espacio más adecuado para plasmar la imagen que el fotógrafo desea transmitir. El principal inconveniente es el elevado coste de operación.
Con el desarrollo de la aviación deportiva han surgido otras formas de volar más baratas como el ultraligero, vuelo libre, parapente y paramotor, que también se utilizan en fotografía aérea sobre todo por aficionados a este tipo de vuelo.
Recientemente la evolución de la tecnología fotográfica (tanto analógica como digital) ha dado lugar a cámaras más pequeñas y ligeras que ha permitido el crecimiento de otro forma de realizar fotografía aérea: la fotografía aérea a distancia en la que a su vez se pueden utilizar diferentes medios.
El deporte aéreo más barato es el arte de las cometas. Relativamente sencillas y baratas tienen bastante capacidad de carga permitiendo elevar cámaras de película de 35 mm. Es el primer medio que se ha utilizado de fotografía aérea a distancia de baja y media altitud. Su principal inconveniente es la necesidad de unas condiciones de viento muy concretas y de un gran espacio abierto.
La siguiene forma de volar en cuanto a coste se refiere es el aeromodelismo de radiocontrol que también abarca diferentes modalidades como helicópteros, aviones con motor de explosión, aviones y planeadores con motor eléctrico y planeadores de vuelo sin motor. Los helicópteros permiten operar a baja altitud en zonas reducidas o con muchos obstáculos, sin embargo son más complejos, costosos y difíciles de pilotar que los aviones.
Los aviones con motor de explosión, según su tamaño, permiten transportar equipos que pueden llegar a pesar hasta uno o dos kilos, pero necesitan un terreno despejado de obstáculos en el que puedan despegar y aterrizar. Además el elevado ruido producido por el motor los hace molestos si se vuela cerca de zonas con gente.
Recientemente la miniaturización de las cámaras digitales compactas y la mejora de los sistemas electricos de propulsión para aeromodelos ha permitido utilizar para realizar fotografía aérea aeromodelos muy ligeros de velocidad moderada que pueden ser lanzados a mano, posibilitando el vuelo en espacios no muy grandes ni especialmente acondicionados. La mayoría de los aviones eléctricos utilizados en fotografía aérea son planeadores motorizados con los que una vez alcanzada la altitud deseada, se apaga el motor para seguir en vuelo de planeo. Esto, unido a su bajo peso y velocidad los hace bastante seguros.
